Hoy, en nuestro blog, os traemos un caso de derecho laboral. Se trata de una camarera que fue despedida por no querer ajustarse al código de vestimenta del local: bragas, culotte y sujetador. La Justicia condena a la empresa a readmitirla y a indemnizar el despido improcedente y los daños morales. Te contamos más detalles en nuestro blog.

En Abogados Garnata queremos ayudar, tanto a empresas, como a  trabajadores, para dar cumplimiento a la legislación laboral vigente.

¿Qué pasó? Los hechos. 

La camarera tenía un contrato de ayudante de camarera en un local de ocio nocturno de Barcelona. El horario de trabajo era de 18.00 a 2.00. El sueldo bruto era de 1.586 euros. El código de vestimenta que impuso el local a la trabajadora consistía en bragas, culotte y sujetador. Tras una situación embarazosa con un cliente, la camarera se sintió incómoda y empezó a ir a trabajar en vaqueros o vestidos.

La empresa amonestó, primero verbalmente, y luego por escrito a la trabajadora. En la amonestación se le informaba que ese código de vestimenta era “lo que los clientes querían” y que debía ajustarse a él. Como la trabajadora no se adecuaba al mismo porque no se encontraba cómoda, la empresa la forzó a tomar vacaciones y acabó despidiéndola.

Las causas del despido. 

En este caso, la empresa entendió que se trataba de un despido disciplinario. Pues la trabajadora no se adecuaba a las normas de vestimenta del local. Sin embargo, la Justicia ha entendido que en este caso, ese código de vestimenta vulneraba la intimidad de la trabajadora. Y ha establecido, que, dicho despido es un despido improcedente del artículo 56 del Estatuto de los Trabajadores:

“Artículo 56. Despido improcedente.

1. Cuando el despido sea declarado improcedente, el empresario, en el plazo de cinco días desde la notificación de la sentencia, podrá optar entre la readmisión del trabajador o el abono de una indemnización equivalente a treinta y tres días de salario por año de servicio, prorrateándose por meses los periodos de tiempo inferiores a un año, hasta un máximo de veinticuatro mensualidades. La opción por la indemnización determinará la extinción del contrato de trabajo, que se entenderá producida en la fecha del cese efectivo en el trabajo.

2. En caso de que se opte por la readmisión, el trabajador tendrá derecho a los salarios de tramitación. Estos equivaldrán a una cantidad igual a la suma de los salarios dejados de percibir desde la fecha de despido hasta la notificación de la sentencia que declarase la improcedencia o hasta que hubiera encontrado otro empleo, si tal colocación fuera anterior a dicha sentencia y se probase por el empresario lo percibido, para su descuento de los salarios de tramitación. (…).”

El argumento que da fuerza a la sentencia es el de la vulneración del derecho al honor de la camarera. También se condenó a la empresa al pago de daños morales.

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¿Dónde están los límites?¿Hasta dónde me pueden obligar a ir vestidos de una determinada forma?

Los límites no están bien definidos. En principio, aplicar uniformidad a los trabajadores de una empresa, es una de las facultades que tienen los empresarios. Siendo esto parte de la imagen de su negocio. Así, nos parece razonable, por ejemplo, encontrarnos a alguien vestido con una bata blanca en una farmacia, o que un carnicero lleve delantal y gorro. Los problemas aparecen cuando, este uniforme denigra o puede considerarse discriminatorio.

Y no hace falta irse a los extremos, en este sentido hay opiniones hasta para la imposición del uso de tacones.

Si quieres seguir leyendo más sobre esta noticia, te dejamos un enlace al artículo del diario 20 Minutos y a Metrópoli (el Español).

Sin embargo, si te queda alguna duda específica o quieres comentarnos algo, estaremos encantados de escucharte. En Abogados Garnata sabemos que los asuntos laborales son importantes para nuestros clientes.

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